En la lona
Por laudos laborales vencidos, consecuencia de despidos injustificados de personal, el edificio del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha sido embargado este martes.
Tras décadas de dominio electoral y de abundancia económica, el tricolor en Morelos parece haber tocado fondo en las elecciones del año pasado.
En el proceso electoral del 2018 el PRI sólo logró meter una diputación local y ganar dos alcaldías, una de ellas, la de Xochitepec, por la vía de la reelección y se dice que comprando votos ciudadanos.
Éste pareciera ser el tiro de gracia, pues sus históricas instalaciones, ubicadas en la esquina de las calles, Amacuzac y Yucatán, bien podrían ser rematadas por quienes exigen sus respectivas liquidaciones de ley por varios años de trabajo.
Y tampoco crea usted que da para mucho; porque en el 2017 sufrió severos daños con el sismo, mismos que nunca se repararon porque ya el CDE andaba en la marginación, y pues tampoco ha tenido un mantenimiento siquiera mínimo.
Aquello es un cascarón, después de muchos años de bonanza y plena ocupación, el inmueble que vió el paso de varios gobernantes y hasta presidentes nacionales del partido está en riesgo.
Pareciera una construcción abandonada, sólo con unos cuantos inquilinos, porque hoy sólo se administran miserias.
El que se sigue diciendo presidente, Alberto Martínez González, -porque durante el proceso electoral pasado lo corrieron a causa de un desliz-, difícilmente va a su despacho, no hay ya ni priistas a quienes atender, y entonces a lo mejor dos o tres personas rondan por el lugar.
Siendo honestos, los estatutos de ese partido son casi perfectos, pero la mayoría de quienes se han servido de él, desde la cúpula, se lo acabaron, lo enfrentaron con sus propias bases por tanta deshonestidad de los gobiernos y los representantes populares emanados de sus siglas.
Llegaron a tal grado los grupos mafiosos de poder, que fueron capaces de asesinar a su candidato a la presidencia, Luis Donaldo Colosio Murrieta, en marzo de 1994 y al secretario general del CEN en ese entonces, José Francisco Ruiz Masieu. Por eso, están acabando apestados y en la ruina.