Las medidas extremas que viene adoptando el gobierno de la Ciudad de México, a fin de reducir los niveles de contaminación del aire, son ya objeto de conflicto entre lo estados integrados en la Megalópolis.
Eso de prohibir el acceso vehicular de las entidades vecinas como Morelos, Puebla y el Estado de México, martes a jueves durante determinadas horas, es decir, causa complicaciones y hasta detrimento para miles de personas.
Lo peor es para los que por alguna actividad, laboral o de estudios, viajan permanentemente a la capital del país.
El anuncio, hecho hace unas horas, provocó reacciones en cadena en los territorios afectados.
Resolver el asunto de la contaminación no es cosa menor para una metrópoli considerada una de las de las más pobladas del mundo; pero además con una serie de descuidos e incongruencias en la materia.
Las medidas adoptadas recientemente muestran que el «hoy no circula», vigente desde hace muchos años es insuficiente.
Los grados superlativo de contaminación en la CDMX vienen de muchos años a la fecha; ya por la década de los 70s ‘del siglo pasado’ para alguien que llegaba de provincia, acostumbrado a respirar aire puro, era molesto caminar por el área del centro. Lo menos que sentía era un ardor de ojos y lagrimeo.
Pero de esos años a la fecha las cosas empeoraron y algo deberá hacerse, pero eso de cerranos el paso a los vecinos cercanos como que no se antoja correcto.
Reiteramos, miles de jóvenes viajan a diario para realizar sus estudios en el IPN, la UNAM y otras universidades, y buena parte de ellos lo hacen en autos.
También, en lo que toca a lo laboral, ocurre algo similar e impedirles la libre circulación se antoja hasta violatorio de los derechos humanos y constitucionales; porque estamos en nuestro país, México.
El gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo ha mostrado su inconformidad ante la medida restrictiva, y dice que buscará dialogar con la jefa de gobierno Claudia Sheimbaun, para pedirle que reconsidere, si no hay resultado, igual y pudiera combatirse por la vía legal o mediante amparo, ya que la Constitución General de la República establece que como ciudadanos mexicanos podemos transitar libremente por su territorio.