Y Zapotitla, se les irá liso
La candidatura de Félix Salgado Macedonio al gobierno de Guerrero en el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) sigue siendo objeto de un escándalo nacional a partir de una añeja denuncia por una presunta violación; el asunto ha tomado dimensiones enormes porque la oposición al partido del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, viene capitalizando el tema electoralmente y sí que le ha pegado a la imagen presidencial.
Cierto o no lo del delito, pero como que sí ha sido un desacierto estratégico el haber mantenido esa decisión a favor del «toro sin cerca»; sin embargo, debe haber alguna razón por la que no se ha querido dar un paso atrás, y la única justificación que vemos tendría que ser con base en los números y las tendencias a favor o en contra de Macedonio, entonces pensaríamos que hasta se estaría llevando de calle la elección a pesar de la “cantaleta opositora” que retomó una denuncia legítima de parte de feministas.
En la fuerte campaña negra que los opositores, desde la cúpula de los partidos, se traen contra Macedonio parece reflejar por un lado que ellos mismos saben que a pesar de las acusaciones les lleva una ventaja considerable, y no lo quieren como candidato porque los derrotaría, y por el otro vienen magnificando el suceso hasta convertirlo en un tema político-electoral nacional, para desacreditar tanto a la figura presidencial como al partido, no hay de otra.
No obstante reiteramos, el asunto es muy sensible y delicado como quiera que sea, a pesar de que el aspirante a la gubernatura guerrerense logre la victoria, a nivel nacional sí se le está causando algún daño o merma a Morena en las tendencias a su favor, que se reflejará en algunas de las diversas elecciones en disputa.
Esto debe estar siendo valorado desde el CEN morenista y del mismo círculo cercano al presidente; pero se aprecia que la posición es no ceder un centímetro, mantener la decisión ya tomada, y arriesgarse a lo que venga, pero eso ha ocasionado que todos los medios nacionales le “vienen surtiendo con todo” y en redes sociales.
Otro caso similar, aunque en pequeño comparado con lo de Guerrero, es lo ocurrido en torno al diputado local Marcos Zapotitla Becerro; igualmente señalado y denunciado como violador, a él tampoco han logrado comprobarle el delito y enjuiciarlo y todo lleva a considerar que “acabarán haciéndole los mandados”.
Eso sí, políticamente está muerto, su carrera en esta actividad difícilmente resurgirá porque además, y conforme a testimonios de algunos de sus compañeros de legislatura como José Casas González, el delito sí ocurrió en una fiesta en la que también estaba y se enteró el ahora ex presidente del Congreso, Jesús Sotelo Martínez.
Sostiene el legislador que por eso decidió dejar tal posición privilegiada su compañero, porque ya tenía muchas presiones en torno a que venía protegiendo a Zapotitla. Que era Sotelo quien mantenía muy bien informado al denunciado sobre el avance de la denuncia, y que hasta le hizo incluso llegar el expediente para que armara bien su defensa; no obstante que eso es contra la ley.
«Haiga sido como haiga sido», diría el mediocre de Felipe Calderón, el caso es que el aún legislador a quien se busca desaforar y enjuiciar por violación o mínimo abuso parece estar del otro lado, aunque lo anterior obligara a Sotelo Martínez a dejar la presidencia de la Cámara y al Director Jurídico, que fuera renunciado.
Aunque también está la versión de que Sotelo Martínez no quiso prestarse a la autodistribución de recursos, previo a las elecciones de este año y sobre todo a su salida de la Legislatura.
Ahora bien, si tanto Félix Salgado como Marcos Zapotitla son culpables de tan horrendos delitos, pues qué lamentable que las instituciones sigan permitiendo todo esto; protegiendo a delincuentes que en lugar de ocupar cargos públicos debieran estar en la cárcel, y ello desalienta porque continuamos en un escenario sin ley ni respeto de las normas mínimas de respeto y de los preceptos constitucionales, porque unos sí son sujetos de ellas y otros no.