Partidos casi extintos
Las elecciones de julio del año pasado ofrecieron resultados de tal manera que los partidos políticos, considerados como históricamente grandes, fueron prácticamente borrados del mapa.
Nos referimos al PRI, PAN y PRD; los cuales tras épocas de poder y excesos afrontaron la debacle.
Cierto, las complicidades de esas tres instituciones electorales en toda clase de componendas y corruptelas, contra el pueblo, los puso en riesgo; sin embargo, de esa justa política hace ya ocho meses pareciera que no se han logrado recuperar de su letargo y, en lo que respecta a Morelos, por lo menos como que no dan señales de vida y por el contrario algunos de sus cuadros se siguen fugando.
Priistas, panistas y perredistas, que alguna vez encabezaron masas, se quedaron solos; sus respectivas dirigencias podríamos decir que rayan en lo ilegítimo, se mantienen sin el aval de sus bases, las pocas que les quedan como que ya a ninguno de sus «cuadros distinguidos» les interesa pelar esas posiciones, porque dejaron de ser rentables, lo único que administran son miserias, lo que reciben de prerrogativas no alcanza ni para pagar los servicios.
Veamos; en el Revolucionario Institucional, y en medio de golpeteos internos, se mantiene como presidente del CDE, Alberto Martínez González, aunque el ex candidato a la gubernatura, Jorge Meade Ocaranza, lo ha desconocido con miras a tomar el control de los despojos del partido, pero francamente no significa preocupación alguna, es otra figura ya del pasado y sin futuro político. No se sabe si se tiene considerada la renovación a corto plazo.
Y en lo referente al PRD pues la situación es más o menos la misma. En la elección anterior, el tricolor quedó en la cuarta posición, pero los amarillos también perdieron hasta la camisa e igualmente conservan al mismo dirigente, Matías Quiroz Medina, que por ser identificado como una figura cercana al ex gobernador Graco Ramírez, prácticamente apesta.
Ningún perredista de buen corazón lo quiere ahí, más bien lo consideran al igual que al tabasqueño, como traidores de esa supuesta izquierda.
Y en lo referente a Acción Nacional, Martínez Terrazas logró la reelección; no obstante, tampoco ha hecho nada de trascendencia como para recuperar vitalidad en el panismo. Según ha trascendido en el PAN, se han dedicado a negociar posiciones en los distintos espacios políticos.
Por lo menos los azules cuentan con una dirigencia más o menos legítima, pero sin trabajo alguno con sus bases, y menos con la sociedad.
En este escenario se antoja un desperdicio que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) no aproveche las circunstancias, para fortalecer sus estructuras; pues finalmente son gobierno conjuntamente con el PES y el PT, y cuentan con la presidencia de la República. A lo que le apuesta el partido en el poder es al clientelismo a través de las mismas prácticas de antaño.
Así pues, el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo como que no tiene contrapesos, no existe una oposición organizada que eleve la voz y señale, cuestione; más bien las campañas en contra vienen del antecesor Graco Ramírez y de otros partidos chiquitos, que mejor ni hacer referencia, porque han jugado un papel de comparsas en la historia de México.
Así están las cosas hoy en Morelos en lo que a partidos políticos se refiere.