En el Congreso local se viven muchas indefiniciones, sobre todo por la ausencia de consensos y acuerdos; porque un grupo de siete diputadas, capitaneadas por Tania Valentina Rodríguez del PT, siguen obedeciendo y acatando instrucciones del ex gobernador Graco Ramírez.
Ante ello, y aún frente a propuestas socialmente
congruentes, siempre estarán en contra de todo porque la idea es abonar en la
ingobernabilidad y desestabilización política, social y económica del estado.
Lo vimos con la aprobación del presupuesto que no les
importó tener en vilo al estado por más de un mes y antes también con un
presunto juicio en contra del Poder Judicial, y recientemente con las cuentas públicas
municipales.
Pero, hay otro elemento que provoca inquietudes de toda
naturaleza en el Legislativo; y que de alguna manera tiene que ver con el conflicto
que aún subsiste entre la cámara y los presidentes municipales. “La mano dura”
de la diputada Rosalina Mazari Espín.
Ella es la presidenta de la Comisión de Hacienda y Cuenta
Pública en el Congreso, y si de algo no la podemos acusar es de corrupción o de
flojera, porque tiene ya muchos años trabajando en la política legislativa y no
ha hecho mal papel, no muy destacada, pero nunca se le ha cuestionado.
De ello pueden estar seguros y, si le han hecho algún señalamiento,
habría que ver de quiénes viene, porque es seguro que sus detractores no la
quisieran ver ahí, porque no les permite meter mano en las finanzas de las
revisiones y presupuestaciones de ese recinto.
Recordamos como Valentina Rodríguez Ruiz y su pandilla
intentaron “reventarla” de la Comisión de Hacienda y ¿sabe usted por qué?,
porque no les permitió derrochar el presupuesto del año legislativo anterior
como lo intentaron.
La graquista, Rodríguez Ruiz, era la presidenta de la Junta
Política y de Gobierno y le dolía hasta el alma no poder hacer de las suyas con
el presupuesto, como siempre lo ha hecho en su partido o durante los encargos
que le dio el ex mandatario.
De acuerdo con algunos testimonios de sus compañeros de
legislatura, Rosalina es quien se encuentra detrás del impedimento para que se
hicieran cambios en materia fiscal, y de que se aplicara más impuestos
municipales, mismos que buscaban algunos alcaldes para conseguir recaudar más
fondos.
Alguna vez conversando sobre el tema ella mencionó «no
todos, hay ediles de buen corazón, con trabajo y compromiso con la gente; pero
sé de muchos que buscan a toda costa conseguir más dinero así sea afectando a
los contribuyentes, y no precisamente para invertir en obras o servicios públicos,
sino para beneficio personal, de sus familiares y amigos”, dijo.
Y si eso es así, pues qué bueno que logró mantenerse al
frente de esa comisión; porque como se hacía referencia, la intentaron
desbancar para este segundo año legislativo, sobre todo Tania Valentina y su grupo
de deshonestas diputadas que sólo han obstaculizado el trabajo en el Congreso
local dependiendo de sus intereses.