La ausencia de diálogo y entendimiento entre actores políticos y de gobierno mantienen en indefinición decisiones fundamentales, para que los morelenses tengan una idea clara de hacia dónde nos encaminamos en este naciente gobierno.
Los poderes Ejecutivo y Legislativo continúan estirando la liga, con amenazas mutuas y acusándose de acciones poco honorables, lo que por ahora mantiene sin Ley de Ingresos y Egresos al Poder Ejecutivo.
En alguna de las partes deberá imponerse la prudencia, y comenzar a hacer política; pero aquélla que basa su existencia en generar condiciones favorables para el bien común.
Incapaces de dar un paso atrás, tanto Legislativo como Ejecutivo, han dado pie a toda clase de malestar ciudadano, porque mientras ellos abonan en discordias y agresiones entre sí, quienes se burlaron de los morelenses robándonos hasta la camisa -léase Graco Ramírez y sus secuaces- están con toda seguridad muertos de la risa.
El compromiso era meter a la cárcel al tabasqueño, llamar a cuentas a los ex legisladores que fueron sus cómplices y restaurar el Estado de derecho, pero se viene mostrando nula voluntad para hacer justicia, y ya más bien enfrentan una dura crítica y condena pública por sus errores, intereses e incapacidades.
Morelos no merece seguir siendo víctima de pandillas de aventureros que no llegan a políticos, porque quien se precie de serio, sabría que es a partir de razonamientos entre las partes como se llega a coincidencia y aquí únicamente seguimos viendo golpes, patadas y zancadillas contra los adversarios.
Continuamos padeciendo un retraso desde aquel frustrado sexenio de Jorge Carrillo Olea; no vamos a recuperarnos con facilidad de la enorme rapiña que fuimos objeto por parte de Graco y la bola de ladrones que conformaron su gabinete o bien de sus proveedores.
Ahora, el enfrentamiento entre poderes amenaza con prolongar la parálisis del gobierno estatal.
Señores, ya es tiempo de que volteen a ver al pueblo, sumido en el abandono, la miseria y la delincuencia; debe imponerse la cordura o muy pronto entrarán en una etapa crítica y de repudio del respetable, cosa que a nadie conviene, incluyéndolos a ustedes, a menos que ya no tengan aspiraciones políticas hacia adelante.