*Por eso estamos como estamos
Hace unos días llegó a DAD un material informativo en torno a que Ever Felipe Velarde Corrales, quien fuera secretario particular de Rodrigo Gayosso Cepeda, el hijastro del ex gobernador perredista Graco Ramírez Garrido es actualmente «titular del Órgano Interno de Control de la Fiscalía General del Estado; a cargo de Uriel Carmona Gándara.
Y se especifica que «poco antes de que el tabasqueño terminara su sexenio, él mismo ordenó que se le asignara ahí, para que le cuidara las espaldas en lo sucesivo»; sin que contara siquiera con cédula profesional porque no contaba con título; no obstante, que lo marca el artículo 20 de la Ley General de Responsabilidades Administrativas del estado de Morelos.
Éste sujeto se tituló bajo el número 11791303 hasta el año pasado, es decir, ya durante esta administración -como licenciado en derecho-, pero asumió esa posición un año y medio antes; y bueno, a pesar de que hay una serie de denuncias muy bien respaldadas en contra de Graco éste sujeto se sigue riendo y hasta logró un amparo contra el juicio político en su contra, que es analizado ya en el Congreso local para buscar su apelación.
No desistimos en nuestras afirmaciones en el sentido de que tanto el fiscal general, Uriel Carmona Gándara como el fiscal Anticorrupción, Juan Salazar Núñez, están ahí para atorar cualquier intento de procedencia de las denuncias en contra de quien fuera su jefe -así se trate de delitos graves- y no para salvaguardar los intereses de los morelenses, de ahí que las cosas en materia de justicia estén de plano de cabeza y sólo se dé curso a aquello que incluso puede empañar la imagen del gobierno actual o revertirse en su contra.
Lo preocupante es que individuos como Ever Felipe Velarde continúen ahí, amparados por el propio Uriel Carmona, impidiendo cualquier avance en contra de la “rata mayor”; sin que nadie de quienes pueden desmantelar esa banda de delincuentes haga nada, y nos referimos a la actual legislación local.
Porque si bien es cierto que los cómplices del corrupto Graco, los diputados anteriores, le hicieron un trabajo completo modificando leyes para que los fiscales y otros funcionarios se perpetuaran en el cargo sin mayor preocupación, los «representantes populares» de hoy si fueran leales al pueblo ya habrían dado reversa a la norma, para por lo menos poder removerlos del cargo como en otra ocasión se hizo en gobiernos muy corruptos como lo fue el de Veracruz o Quintana Roo, donde se sacaron a los cómplices del gobierno saliente que les pretendían cubrir las espaldas.
¿Por qué no lo hacen aquí si es públicamente sabido que no atienden al interés de la entidad y su población? eso es lo que no comprendemos, aunque también sabemos que “grácula” igualmente colocó a media docena de diputadas locales que encabezadas por Tania Valentina Rodríguez, han reventado toda intención de aplicar la ley para sancionar el descarado robo a los morelenses por ejemplo con las “pensiones doradas”.
Pero aún así hay 14 diputados más, que por lo menos deberían simular que no están comprometidos con esa “banda de indeseables”, pero no vemos nada de trabajo y los años pasan y se les acaba el tiempo, y los delitos cometidos pueden prescribir. Tal vez eso es a lo que le apuestan todos, pero nosotros nos negamos a aceptarlo porque sería francamente inmoral.
Pero el caso de Ever es muy significativo, y nos comprueba que la situación que seguimos padeciendo en el estado sobre la corrupción, es una omisión de responsabilidades e impunidad de consumados delincuentes, es consecuencia directa de que las fiscalías operan contra el interés superior de nuestro territorio, y muy al contrario cuando pueden le echan un poquito más de leña al fuego, para sabotear la acción de la justicia. ¿No es acaso para escandalizarse? pero así están las cosas.