Políticamente era un error
Finalmente, y después de presiones de toda naturaleza hasta del interior del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), todo indica que «bajaron del caballo» como aspirante a gobernador de Guerrero al «toro sin cerca» Félix Salgado Macedonio; claro, luego de un elevado costo político-electoral para la figura presidencial y su partido, sin duda.
El personaje era insostenible, una perfecta «carne de cañón» para la oposición y un hecho muy rentable electoralmente no sólo para el estado sureño; sino en toda la República, porque seguramente las encuestas respecto de las tendencias en materia de la justa del próximo seis de junio mostrarán un antes y un después para el partido del presidente.
La interrogante continúa siendo ¿cuál era el compromiso de Andrés Manuel López Obrador con él?, porque nadie podría negar que era él quien lo venía «apadrinando» y no el instituto político; la realidad es que el costo de lo anterior significará una importante resta en el número de diputados federales que pueda meter el régimen en turno en el Congreso federal; lo que tanto interesa al líder de la 4T.
Igual y en un principio, cuando Salgado decidió ir por la gubernatura, nunca pensaron que «se le aparecería el diablo» como quien dice y que sus adversarios utilizarían añejas denuncias en su contra por presuntas violaciones y acoso sexual; sin embargo, desde el momento en que se le comenzaron a recordar debió dar un paso atrás y no se hizo, hasta que ya no había remedio.
La factura a pagar en toda la República va a ser significativa ¿valía la pena meter las manos al fuego por este personaje? cualquier acto de sensatez indicaría que no, pero se pretendió aguantar con la esperanza de que las protestas disminuyeran y fue lo contrario; cada vez parecían acumular más señalamientos añejos en su contra por supuestos delitos que, si bien legalmente no pudieran actualmente proceder o ser probados, políticamente causan estragos.
Por algunos antecedentes se puede observar que AMLO, como otros personajes de la élite política, cae recurrentemente en tropiezos que le han generado pérdida de consenso popular y, en ese aspecto, Morelos es uno de los primeros referentes, porque poco después de iniciar su mandato con el caso de la Termoeléctrica y el gasoducto semi instalados en el oriente de Morelos -en una zona compartida económicamente con Puebla y Tlaxcala-, se aferró a poner en marcha esa infraestructura a pesar de la oposición ciudadana en la zona.
Pudiendo manejar con prudencia el conflicto, a partir de un acto de humildad con quienes se oponen, durante una visita cerca de la zona optó por lanzar un mensaje que les cayó “como balde de agua fría” pues no obstante que fueron su aliados en la elección del 2018; los arrinconó con el resto de sus adversarios «neoliberales» y las consecuencias ahí están, esa inversión sigue detenida y dudamos que durante su sexenio se reactive como ya hemos dicho en otras columnas anteriores.
Como en el caso de Salgado Macedonio consideró que con un acto de fuerza y autoridad doblegaría a los opositores al Proyecto Morelos, y acabó él doblando las manos; claro, ya cuando el daño electoral ya está hecho, porque esos activistas morelenses que “se la rajaron con él” desde hace muchos años en sus aspiraciones a la presidencia hoy lo detestan, y ¿cuál era el propósito de llegar a tal grado?
Pero, por sus dimensiones y por como sus opositores lo manejaron y las feministas de la zona metropolitana a la capital; el asunto de Guerrero pesará mucho más, y no creemos que de aquí al seis de junio la gente lastimada olvide, porque los interesados se encargarán de poner en el ambiente el tema, de ahí que se actuó demasiado tarde con Félix desde nuestro punto de vista.
Otra duda es ¿aún con todo esto y teniendo que sustituir al candidato a gobernador de Morena ganará la gubernatura de Guerrero? la verdad es que quien sabe, esta acción de necedad bien pudo haberle costado ya una derrota, y además algunos legisladores que tanto requieren para mantener mayoría en la cámara baja.
No es el primero ni el último político que actúa de esta manera, pero lo entenderíamos de otros encumbrados sujetos de la política del pasado; no de él, que vivió en medio del pueblo, rodeado de apoyos ciudadanos durante más de un decenio de esfuerzos por lograr ser presidente. Tenía que mostrar más sensibilidad y humildad, pero no obstante parece que también se ha alejado de la realidad y llega a creerse infalible.
Son tragos amargos que muestran cómo los hombres y mujeres suelen perder el piso, considerarse “todo poderosos” cuando ejercen el poder público y López Obrador no ha escapado a eso, pareciera una enfermedad interminable y que se desvanece una vez que ya se está fuera de los cargos de representación.