A casi cuatro meses de haber iniciado la actual administración; son diversas las observaciones que se pueden hacer al Gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo.
Se ha hecho evidente la presencia de dos o tres grupos antagónicos al interior del gabinete, con sobrado margen en la toma de decisiones. Aparecen quienes han estado cerca de Blanco desde hace tiempo; es decir, el jefe de la oficina de la Gubernatura, José Manuel Sanz Rivera; la secretaria de Administración, Mirna Zavala; el secretario de Hacienda, Alejandro Villarreal y el de Movilidad y Transporte, Víctor Mercado.
En un segundo plano están aquellos que todo indica fueron aceptados producto de negociaciones con el Gobierno Federal, y nos referimos al secretario de Seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros; al secretario de Gobierno, Pablo Ojeda o al súper Coordinador de Delegaciones Federales, Hugo Erick Flores.
Pero hay otros funcionarios que no forman parte de ninguno de esos grupos.
Total, esas diferencias parece que se han profundizado y se habla ya de sustituciones. La primera sería la de Pablo Ojeda, quien estaría casi con un pie fuera.
Es el operador de la política interna en el Gobierno, y ya se han presentado muchos inconvenientes que dan fe de un deficiente trabajo en ese sentido. Bueno, la semana anterior vecinos de Amilcingo cerraron Palacio de Gobierno por más de tres horas, y nadie parecía capaz de resolver el conflicto.
¿Qué decir de todo este debate entre los poderes Ejecutivo y Legislativo que tiene sin Presupuesto 2019 a la administración de Morelos? como quiera que sea, es asunto de competencia de Pablo Ojeda.
Y no es que sea un mal elemento, simplemente no tiene los espacios y la confianza superior para trabajar a plenitud y entonces, estaría siendo relevado.
¿Pero, quién podría hacer un mejor papel? primero, alguien a quien el gobernador sí le dé todo el apoyo, y luego que sea un abogado con capacidad, voluntad y sobre todo, con plena identidad local; porque quienes vienen de fuera dan palos de ciego.
Se menciona a Cipriano Sotelo Salgado. No estaría nada mal, y más bien habría que ver si a él le interesa, porque a gran parte del equipo lo desplazaron. Alguien señaló a Mirna Zavala, pero francamente nos parece que no tendría nada que hacer ahí.
Si es real que vienen cambios; son necesarios y si no, pues ya se están tardando, porque se aprecia que muchas piezas del engranaje no están funcionando.
Movilidad y Transporte, Obras Públicas, con Fidel Giménez, Hacienda e incluso el DIF con la esposa del gobernador, traen un buen desempeño, el resto anda abajo de la media tabla. En conclusión, Blanco Bravo necesita un gabinete suyo; colaboradores en los que confíe ciegamente, pero capaces y comprometidos con el pueblo y el trabajo honesto, o las cosas no mejorarán.